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martes, 15 de mayo de 2012

ISIS Y OSIRIS...


Isis y Osiris
La historia de Isis y Osiris es la leyenda más importante de toda la mitología egipcia, por lo que ha estado abierta siempre a diversas interpretaciones. No existe una reconstrucción exacta de toda la leyenda, salvo el "Tratado de Isis y Osiris" de Plutarco, relato helenizado de la tradición popular. 
El relato que se ofrece a continuación se basa en la obra de Plutarco y los textos de Diodoro de Sicilia fundamentalmente. Los nombres entre paréntesis son los que aparecen en la obra de Plutarco, identificados con los dioses griegos.

Introducción al mito 
Cuando Ra todavía gobernaba el Mundo, fue advertido de que su hija Nut (Rea), diosa de los espacios celestes, tenía comercio secreto con Geb (Cronos), dios de la Tierra, y que si en algún momento diese a luz un niño, este gobernaría la humanidad, por lo que Ra maldijo a Nut de manera que nunca podría tener un hijo en ningún día y ninguna noche del año ("Asi nunca Nut pueda dar a luz niño alguno ni en el transcurso del mes ni en el transcurso del año"). 
Nut pidió consejo al gran Thot (Hermes), dios de la sabiduría, quien por cierto estaba enamorado de la diosa, de la que también había obtenido favores en su momento. Este, por medio de su sabiduría, encontró la forma de evitar la maldición. Thot acudió a Jonsu, dios lunar, cuyo brillo era entonces casi como el del Sol y lo desafió a un juego de mesa, en el que Jonsu apostaba su propia luz. 
Ambos jugaron y la suerte siempre estaba de parte de Thot, hasta que Jonsu fue derrotado. La apuesta consistía en 1/72 parte de la luminosidad diaria de la Luna, y desde entonces Jonsu no ha tenido suficiente fuerza para brillar a lo largo del mes, por eso mengua y se recupera. Con esta luz Thotcreo 5 nuevos días, conocidos como epagómenos, en el calendario que hasta entonces constaba de 12 meses de 30 días cada uno y los añadió justo al final del año, de manera que no pertenecían ni al año viejo ni al nuevo. 
Así Nut pudo tener a sus 5 hijos, y al mismo tiempo se cumplió la maldición de Ra. Primero nació Osiris, y su nacimiento fue anunciado como el de un dios bondadoso y benefactor del pueblo (" El gran señor de todas las cosas ha aparecido bañado por la luz"). 
El segundo fue reservado para el nacimiento de Horus (Apolo), hijo de Osiris e Isis, el tercero para Seth (Tifón) , quien no nació ni en el tiempo que le correspondía ni por el camino adecuado, sino rasgando el costado de su madre Nut. El cuarto día nació Isis entre las marismas, y el último Neftis (Afrodita, Teleuté y Victoria).

Osiris, el primogénito, era el heredero del reino y representaba el lado bueno, la regeneración y la fertilidad de la tierra, mientras que Seth representaba la aridez, el lado oscuro y las zonas desérticas. Con el tiempo Osiris se casó con su hermana Isis, a quien amaba desde el vientre de su madre. 
Seth se casó con Neftis, pues al ser un dios sólo una diosa podía ser su esposa. Isis, la más inteligente de los 4 hermanos, obtuvo con destreza el nombre secreto de Ra, el nombre que le otorgaba poder y grandeza y con el tiempo Osiris se convirtió en el Rey de Egipto. 
En aquellos tiempos la humanidad vivía en estado salvaje, practicando el canibalismo, y fue Osiris quien enseñó a su pueblo a cultivar los campos, aprovechando las inundaciones anuales del Nilo, y cómo segar y recoger la cosecha para alimentarse. 
También les enseñó como sembrar vides y obtener vino (de ahí la asociación griega con Dionisio) y la forma de fabricar cerveza a partir del cultivo de cebada. 
Pero no sólo enseñó al pueblo cómo alimentarse y cultivar sino que le dio leyes con las que regirse en paz, la música y la alegría y les instruyó en el respeto a los dioses.

EL MITO DE OSIRIS...


La historia de Osiris es uno de los más antiguos mitos egipcios, cuyos orígenes se pierden en el tiempo.
Era uno de los dioses más importantes de la mitología egipcia, pues Osiris fue el Rey de Egipto que en su resurrección representó el “Rey de la Muerte”.
A él, todos los egipcios esperaban reunirse después de su muerte.
Cuenta le leyenda que Nut (Diosa del Cielo), hija del Dios Ra, el Dios Sol, se enamoró perdidamente del dios Geb (Dios de la Tierra).
Cuando Ra se enteró de esta relación, en medio de su furia, prohibió a Nut que en el término de un año de 360 días, tuviera hijos. Nut llamó a su amigo Thoth, para solicitarle ayuda.
El deseo de Ra debía cumplirse, pero Thoth tuvo una idea: se casó con la diosa de la Luna, Selene. La luz de Selene fue rival de la luz de Ra. Thoth se sintió triunfante y fue recompensado con la séptima luz de Selene.
Esa es la razón por la cual la luna desaparece todos los meses. Thoth tomó su luz y agregó cinco días más al año calendario, haciendo que el año tuviera 365 días.
Así, Nut tuvo cinco días para concebir, sin desobedecer la orden de Ra.
Nut tuvo así dos hijos y dos hijas: parió a Osiris (Rey de los muertos y de las fuentes de vida renovadas); a Seth, a Isis (Diosa de la Fertilidad y la Maternidad), y a Neftis.
Cuando Osiris nació, una voz exclamó: “El Rey de todos ha nacido”.
Osiris creció y se convirtió en un gran rey, colaboró con su pueblo, los adiestró en los trabajos agrícolas y en la crianza de los animales, los guió para realizar los códigos de las Leyes, y les enseñó a orar a sus dioses.
Osiris realizó un gran reinado, convirtió a Egipto en una gran Nación. Y el pueblo comenzó a adorar la tierra en donde él pisaba.
Su esposa y hermana Isis siguió los pasos de su esposo en el reinado.
Osiris tenía un gran enemigo, su hermano Seth, envidioso y amargado, quien complotaba contra el rey Osiris.
Un día, Seth logró aliarse con Aso, la reina de Etiopía, y 72 conspiradores.
Consiguió las medidas exactas de Osiris y construyó una caja muy bien ornamentada. Realizó un gran banquete al que invitó a Osiris y a los conspiradores. Realizó un convite para ver quién cabía perfectamente en dicha caja. Cuando llegó el turno a Osiris, al entrar cómodamente, le cerraron la caja, con clavos y la arrojaron al río Nilo. (Otras leyendas dicen que lo cortó en pequeños pedazos).
Desde ese día, no se lo volvió a ver al rey Osiris entre los vivos.
Isis hizo embalsamar el cuerpo de su esposo con la ayuda del dios Anubis, quien se convirtió así en el dios del embalsamamiento. Los ruegos y hechizos de Isis resucitaron a Osiris, quien llegó a ser rey de la tierra de los muertos.
Horus, hijo de Osiris (transitoriamente resucitado) e Isis, derrotó posteriormente al traidor Set en una gran batalla erigiéndose en el rey de la tierra.

miércoles, 2 de mayo de 2012

EL GATO EN EL ANTIGUO EGIPTO...


EL GATO EN EL ANTIGUO EGIPTO
Según tenemos constancia, el culto al gato aparece en el Antiguo Egipto alrededor del 2.900 a.C. como una deidad local en el Delta del Nilo. Así, la diosa gata Bastet defendió al dios sol Ra contra los ataques de la serpiente Apofis, una de las deidades mas representativas del mal. Hija y esposa del propio Ra según algunas mitologías, Bastet era amén de protectora de la familia y patrona del hogar, una diosa de la felicidad, el placer, la alegría, la feminidad, la música, y la danza. De hecho la consideración de este animal fue siempre tan alta, que en el capítulo XVII del Libro de los Muertos se pone en boca de Ra las siguientes palabras: "Yo soy el gato cerca del cual se abrió el árbol Iched (un árbol al que se identifica con la persea o la balanita) en Heliópolis la noche en que fueron destrozados los enemigos del Señor del Universo".
Aunque su importancia fue siempre notablemente destacada, durante la dinastía XXII (formada por un conjunto de reyes de origen libio) se adoptó a Bastet como divinidad principal, motivo por el que es conocida como Dinastía Bubastita, al haber convertido en capital del país a Bubastis, (nombre cuyo significado es "Mansión de la diosa Bastet"). Fue en esa época cuando se trató de fusionar su culto con el de la diosa leona Sejmet, un hecho que ni el clero ni el pueblo permitió negándose a aceptar una unión de diosas tan opuestas, ya que mientras la primera simbolizaba el amor y la alegría, la segunda era una diosa de la guerra y la destrucción de enemigos.
Para el desarrollo del culto a Bastet los sacerdotes solían escoger un gato con unas características muy especiales el cual era adorado y venerado como si de la encarnación de la diosa se tratara. Asimismo -y a nivel popular- en ciertas fechas solían celebrarse unas procesiones al anochecer durante las cuales una imagen de la deidad era transportada en barcas ricamente adornadas con guirnaldas de flores y alumbradas por antorchas, al tiempo que se cantaban todo tipo de alabanzas en su honor. Cuando se llegaba a tierra firme se celebraban unas fiestas orgiásticas que duraban hasta el amanecer.
Los antiguos egipcios nunca dieron al gato un nombre especialmente significativo, sino que prefirieron llamarlo por su onomatopeya: Miw. Respecto al trato corriente que daban a estos animales cabe decir que era tan especial que cuando uno de ellos caía enfermo recibía tantos cuidados y atenciones como los que se daban a los niños, y si a pesar de ello moría, toda la familia se vestía de luto hasta el punto de que en algunos casos se afeitaban incluso las cejas en señal de duelo. A continuación el dueño del felino envolvía el cadáver en un paño de lino, llevándolo sin demora a "La Casa de la Purificación" para que fuese momificado, proceso que llegaba a durar hasta 40 días, y con el que eran tan meticulosos cual si se tratara de un ser humano. Tras lo anterior las familias ricas colocaban sobre la cabeza de la momia una máscara de bronce, (representando al animal fallecido), y lo introducían en un ataúd o sarcófago que podía estar confeccionado con materiales que iban desde la palma o el papiro hasta la piedra caliza. Por último lo conducían al cementerio seguido por un largo cortejo de parientes y amigos de la familia, quienes manifestando su profunda tristeza lloraban desconsoladamente al tiempo que con gesto desesperado desgarraban sus vestiduras, dándose incluso el caso de que quienes gozaban de un nivel económico suficientemente solvente llegaban a contratar plañideras profesionales que como muestra de dolor echaban tierra sobre sus cabellos y arremangaban sus túnicas dejando el pecho al aire.
Como es lógico y natural el cementerio de gatos más grande de todo Egipto estaba precisamente en Bubastis, un lugar al que acudían gentes de todo el país para dar sepultura a sus queridos felinos. Sin embargo este intenso tráfico de personas hizo que la picaresca decidiera sacar partido de tan excelente oportunidad de hacer negocio, lo que llevó a que algunos comerciantes carentes de todo escrúpulo se dedicasen a criar gatos en granjas especiales, gatos que llegado el momento y en función de la demanda eran "piadosamente sacrificados retorciéndoles el cuello". Tras ser momificados, sus restos eran vendidos a los peregrinos para que los llevasen como ofrenda al santuario de la diosa Bastet. De hecho, por medio de estudios radiológicos llevados a cabo hace algunos años se ha podido comprobar mediante el análisis realizado a cierto número de momias de gatos que aproximadamente el 90 por ciento habían muerto entre los cuatro y los diez meses de edad, por lo que considerando que la duración normal de la vida de estos animales puede estar en torno a los 12 o 14 años, resulta evidente que en una proporción más que elevada debieron morir por causas "poco o nada naturales".
Paradójicamente, a pesar de lo anterior las leyes sin embargo prohibían expresamente tanto el perseguir como el matar a los gatos, a tal punto que si alguien era responsable de la muerte de uno de ellos corría el peligro de llegar a ser condenado nada menos que a la pena capital.
Como último dato curioso diremos que en 1.859 fue descubierto en Beni Hassan (desgraciadamente por un grupo de ignorantes desaprensivos) un cementerio con 300.000 gatos momificados, quienes tras llevarse las momias a Alejandría, las machacaron a conciencia, vendiendo con posterioridad el polvo resultante como abono a Inglaterra. De esta forma más de 20 toneladas de momias de gatos perfectamente conservadas durante siglos fueron adquiridas por campesinos ingleses al precio de 4 libras la tonelada.


NECROPOLIS DE GIZEH


En la necrópolis de Gizeh se hallan las grandes pirámides de Keops, Kefrén y Micerinos

SESHAT "SEÑORA DE LOS LIBROS"...


SESHAT 
Representación:  Mujer con una estrella de 5 ó 7 puntas rematada por un arco.

"Señora de los libros", diosa de la escritura y la historia; medidora del tiempo; fundadora de templos y protectora de sus bibliotecas.
Asociada a los arquitectos, era llamada "Señora de los constructores" y aconsejaba al monarca en la fundación de los templos.
En la II Dinastía se la ve con el faraón midiendo las dimensiones de un nuevo templo.
Fue una diosa de la realeza; para garantizar la inmortalidad del rey, grabó su nombre en las hojas del Arbol de la Vida, que crece cerca de donde ella habita.
Como contable del tiempo, escribe los años del reinado del faraón en las hojas de una persea; también anotaba el número de cautivos o cualquier botín tomado durante las campañas del rey.
Compañera de Thot iba ataviada con una piel de leopardo y un emblema en la cabeza consistente en una estrella de cinco o siete puntas rematada por un arco o un creciente (o dos cuernos vueltos hacia abajo) y dos plumas.
En las manos lleva una caña de escribir y una paleta de escriba.
Es considerada una forma de Isis y también de Neftis, como reconstructoras del cuerpo de Osiris.
Fue adorada en Hermópolis Magna.
Era además  señora del calendario  y de la astronomía y al igual que su compañero Thot poseía grandes poderes mágicos como "Señora de la casa de los Rollos". 

MAAT... LA DIOSA EGIPCIA DE LA VERDAD


Maat es la Diosa egipcia de la verdad y de la justicia; doblemente alada hija de Ra.
Maat es el principio divino del equilibrio cósmico, que mantiene ajustadas las causas a los efectos. A modo de Diosa, es representada como una mujer que lleva sobre su cabeza el símbolo de la justicia: una pluma de avestruz en posición vertical.
Maat representa a la ley cósmica de la justicia divina, la ley del karma o ley de causa y efecto. En sabiduría oculta se habla de un templo especial para esta ley, conocido como el templo de Maat, donde se juzgan todos los actos humanos en una balanza: en el platillo de la derecha se colocan las buenas obras, representadas por un corazón, mientras que en el platillo de la izquierda se pesan las malas obras, simbolizadas por la pluma vertical de la Diosa Maat.
En el libro de los muertos está escrito:
"Que mi alma no sea subyugada ni arrastrada cautiva por los demonios ¡Que me sea permitido volver la cara ante el cadalso de Sepdú! Sed alabados. ¡Oh vosotros, espíritus planetarios de la constelación de la cadera!”.
Se requiere conciencia despierta para presenciar el juicio del alma al momento de morir y estar concientes en el cadalso de la ley del karma; la constelación de libra, simbolizada por una balanza, rige la justicia cósmica y se relaciona en nuestro cuerpo físico con los riñones (la cadera).
"En cuanto a vosotros, Oh cuchillos divinos de los misterios clamando desde el fondo profundo de los siglos. Vosotros, los dos brazos divinos -de la balanza, cósmica- que ilumináis y regocijáis el Universo y conducís según los ritmos de las épocas, a jóvenes y viejos, ¡mirad! He aquí que a Thoth, Señor de los Misterios procede a las libaciones ante el amo de los millones de años y le abre el camino a través del firmamento".
La ley del karma, con sus dos brazos divinos: misericordia y justicia, mantiene al firmamento en equilibrio y define los destinos humanos.
"Yo haré circular la VERDAD-JUSTICIA en la barca celeste de mi vida, estableciendo las Jerarquías divinas en mi corazón, para millones de años, yo triunfare en medio de ellas".
La Diosa Maat, la justicia divina, es testigo de los pensamientos, sentimientos y acciones de cada ser humano, pues reside también en el interior de la psiquis como una de las partes del Ser. 
La justicia siempre llega ante el Señor de los Misterios, el Ser. 
En el templo de Maat son archivados todos y cada uno de los delitos cometidos en contra de los mandamientos divinos: no matar, no mentir, no adulterar, no fornicar, no robar…y la conciencia tiembla ante los cuchillos de la ley, pues sabe que no solamente se paga karma por el mal que se hace, sino también por los delitos de omisión, por el bien que se deja de hacer.
Es indispensable despertar la conciencia, porque el karma debe pagarse inevitablemente, “el desconocimiento de la ley no excluye su cumplimiento”. Toda acción tiene como repercusión el rumbo o desvío de la barca de Kepra, el navío de nuestra propia vida. 
Al despertar la conciencia, también es posible aprender a manejar el cuerpo de Ka, el cuerpo astral del mundo de los sueños, para visitar el templo de Maat, donde oficia el chacal de los chacales Anubis, para consultar los libros y hacer negocios con la ley.
Enfermedades, situaciones agradables o desagradables, circunstancias genéticas, fenotípicas y paratípicas, valores en los cinco centros y hasta los mismos accidentes son resultado exacto de las acciones del ser humano en pasadas y presentes encarnaciones. Violar la ley desconocida y dar rienda suelta a las pasiones y deseos van agregando valores por pagar en el platillo de la balanza hasta que el jerarca de la ley ordena aplicar justicia. 
Sin embargo, a diferencia de las escuelas pseudos esotéricas y pseudos ocultistas, la doctrina gnóstica enseña que el karma no es una ley fatalista, sino que es negociable a cambio de una conducta recta.
Quienes desconocen los principios de la ley, deben pagar su karma con dolor y sufrimiento, pero quienes se adentran a la filosofía gnóstica descubren que el karma es negociable, que se pueden solicitar créditos a los señores del karma. 
Todo crédito ha de pagarse trabajando en la Gran Obra de Padre o sufriendo lo indecible. 
El karma puede ser pagado haciendo obras buenas por toneladas y también puede ser eliminado, cuando la Madre Divina así lo determina por haber eliminado los agregados psicológicos causantes de esos castigos a condición de la previa comprensión de esos defectos por parte del adepto.
Anubis se encarga de revisar nuestras peticiones junto con sus 42 jueces de la ley para conceder cualquier crédito, pago o anulación de algún karma, por ello es necesario despertar conciencia en el cuerpo de Ka (los sueños) para saber de estas negociaciones. 
Nadie escapa de la justicia, debido a que el fondo de nuestra conciencia existe el Kaom o policía del karma, quien registra cabalmente cada una de las acciones, pensamientos y sentimientos positivos y negativos; con todos esos registros se forman los archivos de cada alma en el templo de Maat. 
Para poder limpiar todos esos archivos de las 108 vidas, se requiere comprender y eliminar los agregados psicológicos que dieron origen a esos registros. En el Egipto de los faraones, esto se representa en la leyenda de Osiris (el Ser), quien es despedazado por Tiphón, (el agregado psicológico). Isis (la Madre Divina) con gran paciencia y tenacidad se encarga de encontrar las 14 piezas en que se dividió a Osiris para resucitarlo. El pedazo número 14 fue el más difícil porque representa los elementos lujuriosos del ser humano, las pasiones. 
Cuando Osiris es restaurado completamente, entonces puede presentarse victorioso en el templo de Maat y recitar la “Confesión negativa del papiro de Nu”.
Es tarea de todo ser humano prepararse con afán diariamente para enfrentar a los jueces de la ley, meditando, comprendiendo y eliminando los  agregados psicológicos para libertarse de los cuerpos de pecado, vencer al destructor Dios Shu (personalidad inferior) y poder recitar ante Isis, la bendita Diosa Madre del mundo y los 42 jueces de la ley, la “Confesión negativa” del libro de los muertos:
"Tu nombre es: “EL SEÑOR DEL ORDEN DEL UNIVERSO” cuyos ojos son las dos diosas hermanas. "He aquí que yo traigo en mi corazón la VERDAD y la  JUSTICIA, pues he arrancado de él todo el mal". "No he causado sufrimiento a los hombres. No he empleado la violencia, con mis parientes". "No he sustituido la injusticia a la justicia. No he frecuentado a los malos. No he cometido crímenes".
"No he hecho trabajar en mi provecho con exceso. No he intrigado por ambición. No he maltratado a mis servidores. No he blasfemado de los dioses". "No he privado al indigente de su subsistencia".
"No he cometido actos execrados por los dioses. No he permitido que un servidor fuese maltratado por su amo". "No he hecho sufrir a otro. No he provocado el hambre. No he hecho llorar a los hombres mis semejantes". "No he matado ni ordenado matar. No he provocado enfermedades entre los hombres". "No he sustraído las ofrendas de los templos. No he robado los panes de los dioses". No me he apoderado de las ofrendas destinadas a los espíritus santificados. No he cometido acciones vergonzosas en el recinto sacro-santo de los templos". "No he disminuido la porción de las ofrendas. No he tratado de aumentar mis dominios empleando medios ilícitos, ni de usurpar los campos de otro".
"No he manipulado los pesos de la balanza ni su astil. No he quitado la leche de la boca del niño. No me he apoderado del ganado en los prados". "No he cogido con lazo las aves destinadas a los dioses. No he pescado peces con cadáveres de peces". "No he obstruido las aguas cuando debían correr". "No he deshecho las presas puestas al paso de las aguas corrientes. No he apagado la llama de un fuego que debía arder".
"No he violado las reglas de las ofrendas de carne. No me he apoderado del ganado perteneciente a los templos de los dioses". "No he impedido a un dios el manifestarse: ¡Soy puro, soy puro, soy puro!".
"He sido purificado como lo ha sido el gran Fénix de Herakleópolis". "Pues yo soy el Señor de la respiración que da vida a todos los iniciados el día solemne en que el Ojo de Horus, en presencia del Señor divino de esta tierra culmina en Heliópolis", "Puesto que he visto culminar en Heliópolis el Ojo de Horus, pueda no sucederme ningún mal en esta región, ¡Oh dioses! ni en vuestra sala de la Verdad-Justicia. Pues yo conozco el nombre de esos dioses que rodean a MAAT, la gran divinidad de la Verdad-Justicia".
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